Para mí, ser un cuidador de perros es una vocación. Disfruto viendo el progreso y el crecimiento de mis pupilos, y me llena de satisfacción saber que estoy contribuyendo a mejorar su calidad de vida. Cada Bull Mastiff y Boston Terrier que entrena conmigo no solo se convierte en un perro bien educado, sino también en un compañero leal y feliz.

Mi experiencia en competiciones nacionales me ha enseñado mucho sobre el comportamiento canino y cómo establecer una conexión profunda con mis amigos peludos. A través de la observación y la comprensión del lenguaje corporal de los perros, puedo anticiparme a sus necesidades y ofrecerles el apoyo adecuado en cada momento.